Son la versión de luxe de las bolsas que muchos guardamos para «emergencias» o simplemente por conservar en la memoria el recuerdo de aquella compra legendaria. Me refiero a esos empaques fabulosos de las firmas de lujo, que en muchos caos, son tan impecables y de buena calidad, que nos negamos a desechar y usamos o regalamos como un preciado souvenir.
La casa Balenciaga tomó la delantera con varias versiones de su empaque clásico y desató una onda de lujo «sostenible» que impulsa a reciclar y disfrutar el papel e inclusive el plástico. Usar como cartera un pieza de piel que simula una bolsa de plástico o papel puede tener un significado mucho más allá que un capricho de tendencia pasajero y ese espíritu es el que rescato, más allá de lo «cool» de carteras como estas, lo que viene proponiendo la casa francesa tiene que ver con las declinaciones más interesantes de la industria, ya comenzó con el bolso/bolsa de Ikea y ahora con esta versión.
Para no quedarse atrás les propongo que apuesten por la bolsa de compras
(shopping bag) de Zara, es de lino y tiene las asas de cuero, a mi me encanta.