Power Dressing o vestirse con intención

En la moda las etiquetas suelen cambiar con rapidez y la imaginación a la hora de utilizar los adjetivos no es precisamente una factor escaso, empoderarse con la ropa implica varias acciones simples pero determinantes, se trata de potenciar los recursos, ser uno mismo y disfrutar con lo que ofrece el mercado.

1 Tenemos que entender lo que realmente significa vestirse con poder. No se trata de disfrazarse de hombre, ni la ropa de las ejecutivas de la década de los ochenta, con chaquetas y pantalones aburridos y sin mayor forma. Me refiero más a encontrar piezas elegantes, favorecedoras y versátiles que te permitan vestirte de forma creativa, la idea es combinar prendas que te hagan sentir bien, confiada y den la mejor versión de ti misma.

 

2 Ya no basta con un mix de estampados y color. Ya ese recurso no es moderno ni muy fácil de solucionar con efectividad, prefiero buscar combinaciones fluidas y con movimiento donde la piel, las texturas y el color digan un poco más de tu personalidad.

 

3 Funcionalidad, creatividad y buen diseño. Tenemos que probar y probar hasta encontrar la prenda necesaria y que solucione de verdad, es un ejercicio de creatividad con algo de riesgo. Un blazer rojo, impecablemente cortado, por ejemplo.

 

4 Prefiere siempre piezas con valor absoluto.Un vestido geométrico, una chaqueta tipo Bomber, un blazer o una falda con corte A. Son clásicos que favorecen, si se seleccionan con buen sentido, y que aportan por lo que sientes, por lo que ves y por lo que tocas. No podemos olvidar que la moda se expresa de muchas maneras y hoy las tendencias las interpretas tu.

 

5 Optimismo. Los tiempos que corren exigen que todos seamos más prácticos, las mujeres están ocupadas, el tiempo vuela y deben inspirarse muy rápido para crear combinaciones poderosas, eficientes y cómodas.

6 El más poderoso mandamiento de moda esta en una expresión individual absoluta. Lo que dices con la ropa es tan importante como tu propia expresión y eso no debe descuidarse.

7 Colores sólidos,  siluetas simples y una actitud entera y positiva son el mejor comienzo.

 

El power dressing es un trabajo en proceso, es como construir
una identidad sin atajos  ni claves milagrosas.
Es encontrar la ropa y el estilo que defina
y complemente tu personalidad,
es una práctica que se nutre y se consolida con honestidad,
con respeto, con autoestima, con el propio valor de ser tu misma.

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